No hay cosa como la muerte para mejorar la gente, escribió Borges en una de sus letras. En estas horas, la muerte de Alfonsín ha mejorado a mucha de la gente que lo combatió denodadamente, que recién ahora parece haber comprendido la estatura de este dirigente político, ser humano al fin con sus flaquezas y grandezas. Ha muerto Raúl Alfonsín, el primer presidente argentino en la recuperación de las instituciones democráticas. El que encarriló la marcha de la democracia hacia su consolidación. El que se atrevió a impulsar el juicio a las juntas hecho histórico e inédito en el mundo.
viernes, 3 de abril de 2009
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