domingo, 26 de julio de 2020

Todo Lo Que Debes Saber Para Visitar La Costa Este De Canadá


Canadá, considerado por muchos el gran desconocido de América del Norte, hace tiempo que dejó de serlo. Un país abierto al mundo que en 2017 ha celebrado su 150 aniversario, lo que le otorga una cierta juventud pese a la cual posee una intensísima historia. Canadá es el resultado de la alianza de las diversas culturas que la han habitado. Hoy, en pleno siglo XXI, destaca por la belleza infinita de sus parajes naturales, pero también por el extraordinario ambiente de sus ciudades más importantes, todas en la zona sur del país debido a las exigentes condiciones climatológicas. Se calcula que el 80% de sus habitantes viven a menos de dos horas de la frontera con Estados Unidos. Su tamaño es sobrecogedor. De un extremo a otro del país hay más de 6.000 kilómetros, se puede estar conduciendo tres días seguidos hasta atravesarlo. De hecho se estima que desde algunos puntos de la Costa Este es más rápido llegar a Londres que a Vancouver. Por todo esto abarcar el país entero en una sola visita es sencillamente imposible. En nuestra primera incursión nos hemos centrado en las principales ciudades de la Costa Este y vista nuestra experiencia os recomendamos que tengáis en cuenta todo esto antes de empezar el viaje. Bienvenidos a vuestra ruta por la Costa Este de Canadá.


QUÉ DOCUMENTACIÓN NECESITO PARA VIAJAR A CANADÁ

En muchas cosas Canadá puede estar fuertemente influenciado por Estados Unidos. Los requerimientos para entrar en el país son una de esas cosas. Para entrar en Canadá tendréis que rellenar la "Eta", una autorización electrónica de viaje cuyos datos debéis cumplimentar en la página web que os dejamos más abajo antes de iniciar el viaje. Hay gestorías que se pueden ocupar de este trámite por un precio nada módico y en internet, si lo hacéis vosotros mismos, es rápido, bastante fácil recurriendo a la fuente oficial y económico, ya que cuesta sólo siete dólares canadienses. De manera casi inmediata os llegará un correo electrónico con la confirmación de la autorización, aunque la última palabra siempre la tendrá la entrevista a la entrada del país.


CUÁL ES LA MONEDA CANADIENSE
En Canadá se vive con dólares, pero no los americanos, sino los canadienses. Os recomendamos llevar algo de efectivo, que siempre puede ser necesario, aunque la mayoría de los lugares aceptan pagos con tarjetas de crédito, incluso aunque las cantidades sean pequeñas. Nosotros, por ejemplo, pudimos pagar la zona azul con tarjeta. Aún así es altamente recomendable tener algo de dinero físico. En cuanto al cambio, como pasa con todas las monedas, fluctúa mucho, pero en general os dará la sensación de riqueza, ya que el cambio habitual en los últimos meses dice que por cada euro os darán dólar y medio. No os fieis, los dólares vuelan rápido.


CÓMO LLEGAR A CANADÁ

Hay que cruzar el Atlántico para llegar desde España, así que asumamos que lo haremos en avión. Las posibilidades para hacerlo directamente desde nuestro país son bastante limitadas. Sólo hay vuelos directos a Toronto desde Madrid y Barcelona y a Montreal desde Madrid, Barcelona y Málaga. Otros aeropuertos canadieneses también operan diferentes rutas con Europa, aunque no con España. Desde el viejo continente se puede llegar sin escalas a Vancouver, Quebec City, Calgary, Edmonton, Halifax, Winnipeg e incluso a la remota Whitehorse, aunque muchas de estas conexiones son estacionales y no operan en invierno.


QUÉ PUEDO VER EN LA COSTA ESTE DE CANADÁ

Aun visitando sólo una pequeña parte del país el tamaño puede ser abrumador, por lo que deberemos decidir entre abarcar o disfrutar en profundidad. Las ciudades más grandes de la Costa Este son también las más grandes del país, con el permiso de Vancouver y sus distancias las convierten en ideales para planificar una ruta que las incluya a todas. Por si tenéis dudas nos estamos refiriendo a Toronto, Montreal, Ottawa y Quebec City. Tened en cuenta que las dos primeras son ciudades enormes y una visita más o menos completa requerirá varios días. El otro gran atractivo canadiense, como ya hemos dicho, son sus parajes naturales y de esto también hay en la Costa Este. Es cierto que nosotros nos centramos en las ciudades y las conocemos mejor, pero lo ideal es poder combinarlas, dependiendo del tiempo del que dispongáis, con otros atractivos naturales. En cualquier guía del país encontrareis información sobre lugares como la preciosa península de Gaspé, el avistamiento de ballenas en la zona de Saguenay y Tadoussac, el divertido Parque Omega, la idílica Mont-Tremblant y por supuesto las extraordinarias cataratas del Niágara, a tiro de piedra de Toronto.


CÓMO MOVERSE POR LA COSTA ESTE DE CANADÁ

Teniendo en cuenta las enormes distancias que hay quizá hayáis pensado en algún "salto interno". Una buena idea que presenta algunos problemas. Canadá cuenta con una vasta red de aeropuertos, pero los vuelos internos son carísimos. En ocasiones es más barato conectar dos ciudades canadienses haciendo escala en alguna ciudad de Estados Unidos y con una compañía estadounidense, así que esto se puede llevar un buen pico de vuestro presupuesto. En cuanto al tren, Canadá no cuenta con tren de alta velocidad, así que tampoco os supondrá mucho ahorro de tiempo y además la red ferroviaria llega a muchos puntos, pero también falta en muchos otros. Esto nos lleva a la carretera. Además del transporte público, la opción favorita para moverse suele ser alquilar un coche, e incluso una autocaravana. En este último caso sí que hay que decir que Canadá está muy preparada para estos vehículos, que encontrarán muchas facilidades en la conducción. Nosotros elegimos el coche.


Las carreteras que unen las grandes ciudades son buenas y están bien señalizadas. El límite genérico de velocidad en Canadá en las autovías y autopistas es de 100 km/h. ¿Os parece poco? A ellos también. De hecho es muy poco usual que alguien vaya por debajo de esa velocidad. Casi todos la sobrepasan, aunque no por mucho. No se ve a nadie "lanzado" en una carretera canadiense. Se entiende porque si te cogen a 150 km/h la multa puede llegar a los 10.000 CAD que no es poco. En general conducen bien, la experiencia no es especialmente agobiante comparada con otros lugares del mundo, aunque hay cosas muy comunes como el que te adelanten por la derecha. Ojo, los alrededores de Toronto y Montreal, también los de Niagara Falls son imanes para los atascos. Es casi seguro que encontrareis alguno y puede que importante. Quebec City y Ottawa son más manejables, aunque también susceptibles de sufrir atascos. Obviamente los fines de semana y el verano aumentan las posibilidades de atasco. En toda Canadá hay una sola carretera de peaje. Está en los alrededores de Toronto y aparece bien señalizada. Nosotros viajamos en verano y os advertimos de que en las carreteras y también en las ciudades suele haber muchísimas obras, lo que lo complica todo aún más. Teniendo en cuenta la dureza de los inviernos, este tipo de trabajos suelen concentrarse en verano. Hay algunas gasolineras atendidas, pero la mayoría son de autoservicio y necesitaréis de una tarjeta de crédito. Debéis escoger entre inglés o francés como idioma y seguir las instrucciones de la pantalla, no es muy complicado. Si queréis llenar el tanque seleccionad alguna cantidad superior a lo que previsiblemente vais a gastar y sólo se os cobrará esa parte. Por lo que vimos en muchos sitios también se puede pagar antes en la tienda.


Y EN QUÉ HORA VOY A VIVIR

Pues depende de dónde estés. En prácticamente toda la Costa Este, los estados de Ontario y Quebec, se mantiene el horario de la Costa Este estadounidense, es decir, seis horas menos que en España prácticamente todo el año. El horario de Toronto y Montreal es el mismo que el de Nueva York, Washington o Miami. Más al este Nuevo Brunswick, Nueva Escocia y la Isla del Príncipe Eduardo tienen una hora más y Terranova y Labrador (también una pequeñísima franja de Quebec) hora y media más. Al oeste hay varios husos horarios distintos, una locura. Siempre tomando como referencia Toronto, tenemos el horario central en la zona centro en ciudades como Winnipeg (una hora menos), el "mountain time" en ciudades como Edmonton (dos horas menos), y el horario de la Costa Pacífico en ciudades como Vancouver, dónde será la misma hora que en San Francisco o Los Ángeles (tres horas menos). Si vas a recorrer el país, mejor olvida el reloj.

CÓMO MOVERSE POR LAS CIUDADES DE LA COSTA ESTE DE CANADÁ

El coche está muy bien para ir de ciudad en ciudad, pero no tan bien para movernos dentro de ellas. En ocasiones el tráfico puede resultar complicado. El aparcamiento es de pago en todos los centros urbanos, incluyendo pueblos pequeños y en ocasiones el precio puede ser desorbitado. En la mayoría de las calles hay parquímetros que limitan la duración de la estancia, así que es mejor poner el coche a buen recaudo y caminar o confiar en el transporte público. En Quebec y Ottawa la mayor parte de los atractivos turísticos están concentrados. No hay metro, así que os recomendamos alojaros en un lugar céntrico y caminar. Ni siquiera os cansareis mucho. En ambos casos hay visitas interesantes a las que no llegareis andando, pero al menos habréis limitado el uso el coche. Toronto y Montreal, por su tamaño, hacen casi obligatorio el uso de transporte público.


En Toronto el billete sencillo de transporte público cuesta 3'25 CAD, lo que incluye autobuses, tranvía y metro. Podemos combinar cualquiera de estos medios. Hay abonos semanales y de fin de semana, estos últimos con precios bastante reducidos. Como nuestra ubicación era muy céntrica, concentramos las visitas más alejadas en una jornada y compramos un abono de un día. Cuesta 12'50 CAD, es decir, sale rentable a partir del cuarto desplazamiento. Lo tenéis que solicitar en las cabinas de cualquiera de las estaciones de metro, no en las máquinas y deberéis mostrarlo al acceder al transporte.


En Toronto hay cuatro líneas de metro, aunque sólo dos atraviesan el centro. La verdad es que es bastante poco para una ciudad tan grande. No obstante será suficiente para visitar los principales lugares de interés, ya que suele haber paradas cercanas. El metro es rápido y funciona bien, de hecho es bastante tranquilo, al menos cuando nosotros estuvimos, claro que suponemos que probablemente no fuese la "temporada alta". Escogimos el metro precisamente por su rapidez, pero recordad que podéis combinar vuestros abonos con cualquier otro transporte público.


En Montreal la historia es bastante parecida. También aquí hay cuatro líneas, aunque la sensación es que abarcan más, el billete individual también cuesta 3'25 CAD y también funciona por tiempo, en concreto tiene una validez de dos horas. Eso significa que en ese período puedes usar, por ejemplo el metro y después el autobús para completar tu itinerario, todo con el mismo billete. Lo que no puedes hacer es salir del metro y volver a entrar en él.


Por supuesto también se venden abonos diarios, semanales, para diez desplazamientos, para tres días, para las tardes, para los días entre semana… a la carta. Nosotros cogimos un abono de fin de semana porque nos coincidió el sábado y el domingo. Si os viene bien preguntad porque no la hemos visto anunciada en la web y está muy bien. Por unos 13 CAD tienes dos días de transporte público.


DÓNDE ME ALOJO EN LAS PRINCIPALES CIUDADES DE LA COSTA ESTE

El alojamiento, como en la mayoría de sitios, está muy relacionado con las posibilidades de desplazamiento. Estas son nuestras recomendaciones sobre las mejores zonas para alojaros ciudad por ciudad.

-          QUEBEC CITY: Los encantos de Quebec están muy concentrados en la zona este de la ciudad, hacia el Río San Lorenzo. Las distancias no son muy grandes. Desde la plaza en la que se ubica el Parlamento todos los paseos son agradables. Cualquier lugar desde la Avenida Honoré-Mercier hacia el este es sencillamente perfecto. Desde ahí todo está a un máximo de 20 minutos andando. En esa zona la mayoría de los hoteles son pequeños y con encanto. El parking os puede salir más caro.


-          OTTAWA: Ottawa suma casi un millón de habitantes y en la orilla de enfrente tiene a Gatineau que añade más. Aún así es una capital muy manejable. Sin duda la mejor zona para alojarse está en las inmediaciones de la colina del Parlamento, pero puede que el bolsillo se resienta algo más. Si os alejáis sólo un poco, las calles más cercanas al popular Byward Market son perfectas. Se trata de zonas residenciales muy tranquilas que en realidad están a sólo 20 minutos andando de la mayoría de atractivos turísticos. Es cierto que en esa zona y también en otras partes de Canadá te encuentras de cara con los problemas sociales que afronta el país (personas sin hogar, un problema bastante grande en el país, o personas con problemas de drogadicción). Puede intimidar algo, pero nosotros no tuvimos ningún problema.


-          TORONTO: Si vais a utilizar el transporte público puede haber mucho dónde escoger. En cualquier caso lo ideal en las grandes ciudades suele ser ir al corazón. Los barrios de Old Toronto, Entertainment District o Discovery District están muy bien situados, aunque el alojamiento no suele ser barato. Si aceptáis una sugerencia, las inmediaciones del St. Lawrence Market son perfectas. El barrio es una delicia y encontrar algo más céntrico es casi imposible.


-          NIAGARA FALLS: Ver las cataratas es una excursión muy habitual desde Toronto. Se puede ir y venir en el mismo día, pero la región ofrece bastante que ver. El pueblo tiene sus atractivos para los amantes de los parques de atracciones y unos minutos al norte está Niagara-on-the-Lake y sus preciosos viñedos. Si decidimos alojarnos casi todas las grandes cadenas de hoteles y moteles del país tienen establecimientos aquí y las distancias andando hasta las cataratas no son muy grandes, aunque el aparcamiento en Niagara Falls es prohibitivo. El aparcamiento más cercano a las cataratas cuesta 20 CAD estés el tiempo que estés. A medida que te alejas el precio baja y aparecen los estacionamientos públicos, que son la mejor opción. Nosotros aparcamos en uno que costaba 12 CAD y lo pudimos usar todo el día. Si no necesitáis cataratas hasta en la sopa nuestra recomendación es dirigirnos hacia el norte paralelos al río a través de River Road. Es la zona más tranquila de la ciudad y hay muchos Bed and Breakfast interesantes, aunque necesitarás coche para llegar al centro y a las cataratas.


-          MONTREAL: La ciudad de Montreal es, en realidad, una isla, eso sí, de tamaño muy considerable, mucho más grande que Manhattan, por ejemplo. En Montreal las cosas que ver están más dispersas y los desplazamientos son algo mayores. Un buen alojamiento estará obligatoriamente entre el parque de Mont-Royale y el río San Lorenzo. A partir de ahí, hay para elegir. La zona más lujosa se extiende por el Boulevard René-Lévesque, aunque la milla de oro está en la Rue Sherbrooke. El viejo Montreal está muy cerca del río. En todos estos sitios el alojamiento será caro. Si nos distanciamos algo, Le Village y Plateau-Mont-Royale, están llenos de vida y posibilidades con unos precios más módicos.


Tanto en el caso de Toronto como en el de Montreal tened mucho cuidado con la longitud de las calles, porque muchas de ellas duran kilómetros. Si encontráis algo interesante en la Rue Sherbrooke de Montreal o en Yongue Street de Toronto, miradlo primero en el mapa, porque igual estáis en todo el centro o igual en las afueras.

CÓMO FUNCIONAN LAS PROPINAS EN CANADÁ

Como en muchos otros lugares del mundo, aquí las propias en restaurantes, bares y otros muchos lugares son obligatorias. Rara vez el precio que veáis en una carta sea el precio final. En primer lugar casi todo (excepto entradas a museos o atracciones turísticas) está mostrado sin impuestos, así que ahí ya habrá que sumar en torno a un 10% del precio. Luego está la propina, que suele oscilar entre el 15 y el 20% de la cuenta total en función del servicio. Ni se os pase por la cabeza escaquearos. Si pagáis en efectivo normalmente os traerán el cambio completo y sobre eso decidís la propina, pero también suele pasar que os pregunten cuál queréis que sea el cambio, así que preparad la calculadora. Con la tarjeta de crédito pasa lo mismo, podéis pedir que os cobren una cantidad más elevada y muchas terminales llevan ya incluido, como paso obligatorio para pagar, que elijáis entre una propina de un 15, un 18 o un 20 por ciento. La propia máquina calcula el importe y no os podéis saltar el paso. Tened en cuenta que si pensáis "acercaros" a esa cifra por debajo, además de alguna mala cara habrá quien no dude en deciros que la propina es muy baja y pediros más. Independientemente de si os gusta más o menos esta forma de hacer las cosas, tened en cuenta que forma parte de la cultura canadiense, como de otros muchos lugares y eso es algo que hay que respetar. Como norma general la comida en un restaurante saldrá como mínimo un 25% más cara que el precio que encontréis en la carta. En otros sitios la propina no es necesaria, pero sí os añadirán los impuestos locales.

¿ME INTERESA LA TORONTO PASS O LA MONTREAL PASSEPORT?

Obviamente depende de lo que vayáis a visitar. Son tarjetas parecidas en la esencia y en el fondo, pero no significa que si os interesa una os vaya a interesar la otra. En nuestra estancia, por ejemplo, compramos la tarjeta en Toronto, pero no en Montreal. Expliquemos cómo funcionan ambas.

La Toronto City Pass incluye la entrada a cinco atracciones que suelen ser las más visitadas de la ciudad. Se trata de la CN Tower, la Casa Loma, el Royal Ontario Museum, el Acuario y el Zoo. Teniendo en cuenta sus precios de manera individual, se estima que si visitáis al menos tres ya está amortizada. Es fácil hacerlo ya que todos, excepto el zoo están muy céntricos. La tarjeta no ahorra posibles colas (ojo que en la CN Tower pueden llegar a ser muy considerables, no así en el resto) y no incluye transporte público. Cuesta 61'45 CAD en la web más los consabidos impuestos. La podéis encontrar también en cualquiera de las atracciones que incluye y en muchos lugares de Toronto. Nosotros, por ejemplo, la compramos en la casa Loma. La tarjeta tiene una validez de nueve días desde que haces la primera visita y sólo puedes ir una vez a cada sitio.


La Montreal Passport es más ambiciosa y también más cara. Incluye la entrada a 23 lugares de la ciudad y también otras cosas como el Bateau Mouche, un crucero de una hora por el Río San Lorenzo, todo lo incluido en la zona olímpica, el museo de la Biosfera, el Casino y muchos lugares más. Además también incluye, y esa es la gran novedad, todo el transporte público, incluso la línea al aeropuerto. También aquí toca hacer cuentas de lo que quieres visitar y si te sale rentable. En nuestro caso el abono de transporte durante el fin de semana era muy barato y tampoco teníamos interés en visitar muchos sitios por dentro. Mirad la letra pequeña; la entrada a la espectacular basílica de Notre-Dame, uno de los lugares más deseados, cuesta 6 CAD y no está incluida en esta tarjeta. Hay dos modalidades, para 48 horas cuesta 85 CAD más tasas y para 72 horas 99 CAD más tasas en la web. También la podéis comprar en muchos sitios en la ciudad.

QUÉ IDIOMAS HABLAN EN CANADÁ

Viajar a un país dónde quizá no sepáis si os van a hablar en inglés o en francés puede ser un poco intimidante. En realidad no lo es. Si domináis algo de cualquiera de estas dos lenguas no tendréis ningún problema y además los canadienses son muy amables. Quebec es zona agloparlante. En Quebec City casi todo el mundo habla francés y en muchos casos sólo francés. Eso para la gente de la calle, porque en los establecimientos turísticos, así como en las atracciones puedes encontrar todo en francés y en inglés. A Montreal, que está en esta región, le pasa más o menos lo mismo, aunque allí la presencia del inglés es bastante mayor y hay muchos que hablan los dos idiomas. No obstante siempre se dirigirán a vosotros en francés. Si les pedís que hablen inglés no habrá ningún problema. El resto de nuestras visitas estuvieron en el estado de Ontario. Tanto en Toronto como en la región de Niagara los francoparlantes son muy escasos. El inglés es allí idioma universal, aunque tienen en cuenta su bilingüismo y tanto en edificios oficiales, como en tours o visitas guiadas normalmente podréis elegir entre inglés o francés. La dualidad del país es especialmente visible en la capital, Ottawa, que oficialmente está en Ontario, pero es fronteriza con Quebec. La mayoría habla inglés, pero la cosa está más repartida. Moveros por aquí en francés tampoco será complicado. Para que os hagáis una idea a los nombres de las calles les acompañan sus denominaciones tanto en inglés como en francés.


QUIERO HACER EL CRUCERO DE LAS 1.000 ISLAS, ¿DESDE DÓNDE DEBO COGERLO?

Por razones obvias la mayoría de los cruceros sólo se ofrecen desde finales de primavera hasta principios de otoño. Hay hasta cinco opciones diferentes, seguramente alguna más, pero estas son las más populares:

-          Kingston. Es la ciudad más grande de la región de las 1.000 islas y por tanto la que más alternativas ofrece, pero también está relativamente alejada de las principales atracciones del río. Los cruceros son más largos, aunque muy completos.
-          Gananoque. Está más cerca de las zonas más atractivas de las 1.000 islas y los tiempos de navegación son razonables. Si queréis dedicar un día completo a la región y explorar, por ejemplo, el popular Castillo de Boldt por dentro, esta es una buena opción, aunque difícilmente el crucero bajará de las cinco horas.
-          Ivy Lea. Es un pequeñísimo puerto que también ofrecer cruceros por la zona, aunque la variedad es menor que en Kingston o Gananoque.
-          Rockport. Estupendo si cuentas con algo menos de tiempo. La "Rockport Boat Line" ofrece varias travesías diarias. El crucero más completo, que  incluye el interior del Boldt Castle y vistas de algunas de las islas más interesantes cuesta unos 35 CAD por persona y dura sólo tres horas y media, porque está más cerca (incluyendo dos horas de visita al interior del castillo).
-          Brockville. También aquí hay cruceros, aunque exploran diversas islas del norte que son menos populares y no pasan por el castillo de Boldt. Si eres un fan del lugar y ya has hecho otros cruceros, este es un buen complemento, pero quizá no el plato fuerte.

En cualquier caso es una buena idea reservar un día completo para el crucero. Si visitáis por dentro el castillo de Boldt tened en cuenta que está en suelo estadounidense, por lo que necesitareis el pasaporte y no está de más tener la ESTA actualizada. La entrada al castillo se paga aparte allí mismo, no está incluida en los cruceros y cuesta 9'50 USD. Lo podéis pagar con dólares canadienses, pero si no entregáis el dinero justo el cambio os lo darán en dólares americanos. Siempre queda el recurso de pagar con la tarjeta. En cualquier caso vuestra primera parada siempre será una aduana estadounidense.


¿PUEDO PRESCINDIR DEL CRUCERO PARA VER LAS 1.000 ISLAS?  

El crucero es una experiencia altamente recomendable y difícil de sustituir. Si las apreturas de tiempo o de dinero no os dejan disfrutar de él, la visita no va a ser lo mismo. Para paliar esa ausencia en la medida de lo posible, si tenéis coche os recomendamos que recorráis el "Thousand Islands Parkway", un tramo de carretera de algo menos de 40 kilómetros que va desde la salida de Gananoque hasta poco antes de llegar a Rockport. Si vais por la autovía 401 os podeis desviar y está perfectamente señalizado. Se trata de una carretera bastante tranquila, con límite de velocidad en 80 km/h y que ofrece varias paradas para fotografiar el paisaje, así como accesos directos a Ivy Lea y Rockport. No será lo mismo, pero os podeis hacer una idea.

En definitiva, Canadá es un país fácil y muy amigable. Miden la temperatura en grados centígrados y la distancia en kilómetros, aunque el tamaño de las bebidas está en onzas. En ningún sitio os sentiréis como extraños. Esperamos haberos ayudado a que vuestra visita a Canadá sea más agradable. Siempre habrá imprevistos en el camino y eso es lo mejor. Si podemos ayudaros en algo no dudéis en poneros en contacto con nosotros. Y como siempre, abajo os dejamos algunos enlaces que pueden ser útiles para la planificación de vuestro recorrido por la Costa Este canadiense.








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VIETNAM 11 - 12: Cuevas De Phong Nha

1 y 2 de enero de 2020 En este post os resumiremos los dos días que pasamos explorando las cuevas de Phong Nha (aunque ninguno de los dos fue completo). En el primero llegamos a Dong Hoi a primera hora de la mañana en un tren nocturno, y cogimos el bus hacia Phong Nha. Después de hacer una pequeña siesta, hicimos el paseo en barca hasta las espectaculares cuevas de Tien Son y Phong Nha. El segundo día por la mañana fuimos en coche con conductor a ver la fascinante Cueva Paraíso. A primera hora de la tarde cogimos el bus a Hué, donde llegamos por la noche. El día amaneció en el tren nocturno al que habíamos subido en Ninh Binh, después de haber pasado dos días fabulosos en Tam Coc. Un poco mas tarde de las 6 de la mañana llegamos a nuestra parada, Dong Hoi, la ciudad mas importante de la zona de las cuevas de Phong Nha, nuestro destino final.
1 y 2 de enero de 2020
En este post os resumiremos los dos días que pasamos explorando las cuevas de Phong Nha (aunque ninguno de los dos fue completo). En el primero llegamos a Dong Hoi a primera hora de la mañana en un tren nocturno, y cogimos el bus hacia Phong Nha. Después de hacer una pequeña siesta, hicimos el paseo en barca hasta las espectaculares cuevas de Tien Son y Phong Nha. El segundo día por la mañana fuimos en coche con conductor a ver la fascinante Cueva Paraíso. A primera hora de la tarde cogimos el bus a Hué, donde llegamos por la noche.
El día amaneció en el tren nocturno al que habíamos subido en Ninh Binh, después de haber pasado dos días fabulosos en Tam Coc. Un poco mas tarde de las 6 de la mañana llegamos a nuestra parada, Dong Hoi, la ciudad mas importante de la zona de las cuevas de Phong Nha, nuestro destino final. Nos dio la sensación que fuimos los únicos occidentales en bajarnos en aquella parada y enseguida nos asaltó un taxista que se ofreció a llevarnos directamente a Phong Nha por 350.000 VND (unos 14 €). Pero como no teníamos prisa por llegar, preferimos coger el bus. Éste sale de la estación de buses de Nam Ly, a un par de km de allí, así que le dijimos al taxista que nos llevara (20.000 VND). En Nam Ly no había ni un alma, pero vimos colgado un horario en el que el figuraba que el primer bus a Phong Nha salía a las 7:40 h. Teníamos por delante casi una hora de espera, pero tuvimos algo de suerte: hacia las 7 vimos aparecer la mini van que iba a Phong Nha, y al vernos el conductor nos dijo que subiéramos (50.000 VND por persona). Eran sobre las 7:10 cuando salió la mini van, así que no fueron muy escrupulosos con el tema de los horarios. El vehículo era relativamente pequeño, así que conforme recogíamos a gente por la carretera teníamos que irnos apretujando. Tardamos cerca de una hora en llegar a Phong Nha, y nos recibió una insistente lluvia. Pese a ello nos acercamos caminando a nuestro alojamiento, Song Que Homestay. Se trata de una casa de huéspedes familiar situada a 15 minutos del centro del pueblo, con unas pocas habitaciones. Tuvieron el detalle de darnos la nuestra inmediatamente, mucho antes de la hora del check-in. Era espaciosa aunque algo sencilla, con un gran baño, perfecta para nosotros. El desayuno estaba incluido y se podía elegir de una carta, y la verdad es que no estaba mal. Lo único malo era que el propietario no hablaba inglés, solo su hija mayor, y si no estaba ella la comunicación era algo difícil. El precio fue de 13 €, bastante barato pero hay que tener en cuenta que en aquella zona es fácil encontrar alojamiento bueno y barato.
Nuestra habitación en Phong Nha
Como en el tren nocturno no habíamos descansado apenas nos permitimos el lujo de hacer una siesta mañanera. Nos sentó de fábula, y nos dio el empuje necesario para salir a disfrutar de Phong Nha. Casi todo el mundo viene aquí a descubrir sus fascinantes cuevas, inscritas en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Algunas de ellas están entre las más grandes del mundo, y explorarlas requiere más de un día y tener buena forma física. Por fortuna, hay otras que son mas asequibles para el gran público, situadas mas o menos cerca del pueblo de Phong Nha y acondicionadas por dentro con pasarelas. La más popular es la que le da nombre al parque nacional, la cueva de Phong Nha, y se puede llegar hasta ella mediante un agradable paseo en barca. El embarcadero de donde salen las barcas estaba bastante cerca de nuestro alojamiento. Al llegar vimos que había la opción de visitar solo la cueva de Phong Nha o de incluir además la de la cueva de Tien Son (como veremos, muy recomendable). El sistema de las barcas era un poco caótico: además de pagar por persona, te hacen pagar por una barca con capacidad para 12 personas. Así que si no quieres que te salga la visita por una fortuna, tienes que ir reclutando gente para compartir los gastos de la barca. Nosotros tuvimos relativa suerte, porque cuando llegamos a las taquillas un grupo de tres franceses estaba buscando gente para llenar su barca. Ellos habían elegido la opción de visitar las dos cuevas, así que nos unimos a ellos; no teníamos la intención a priori de hacerlo, pero no queríamos pagar una barca entera y tener que buscar a gente para que se apuntara, ya que como el día no era muy apacible no había muchos visitantes. Finalmente logramos reclutar una pareja más a la barca, así que éramos 7. El coste de la barca era de 400.000 VND, por lo que les tuvimos que pagar a los franceses 114.000 VND, a lo que hay que añadir los 150.000 VND por persona de la cueva de Phong Nha y los 80.000 VND por persona de la de Tien Son. Así que la broma nos salió por 574.000 VND en total (casi 23 €), hay que tener en cuenta que es una visita cara.
Navegando hacia las cuevas
Desde las taquillas nos dieron prisa a que saliéramos cuanto antes, ya que entre unas cosas y otras había pasado el tiempo y solo dejaban salir barcas hasta las 14 h. Después de media hora llegamos a las cuevas, que estaban atravesadas por el mismo río; en principio hay una parte del trayecto en barca que se hace por dentro de la cueva, pero las lluvias habían hecho aumentar el nivel del río, así que la barca nos dejó en la orilla. El barquero nos dijo que primero fuéramos a la cueva de Tien Son, a la que se accede subiendo un interminable sendero de escalones. Para acabar de arreglarlo empezó a caer un gran aguacero sobre nosotros, y cuando llegamos a la entrada estábamos exhaustos y empapados. La visita a la cueva la hicimos por libre y estábamos casi solos en ella. Empezamos a explorarla bajando por una larga escalera completamente rodeada por estalactitas y demás formaciones, todo un preludio de lo que estaba por venir. Aunque hemos visitado muchas cuevas kársticas a lo largo de nuestros viajes, tenemos que reconocer que esta nos impresionó y mucho. El tamaño de las estancias de la cueva era grandioso, y estaba llena de fascinantes formaciones allá donde miraras. Además, hacer la visita prácticamente solo y bajo un solemne silencio hacía que la disfrutáramos mas. El recorrido por la cueva es corto, solo unos 400 m, pero es realmente mágico.
Entrando hacia las entrañas de la cueva de Tien Son
Cueva de Tien Son
Espectaculares formaciones de la cueva
Al salir al exterior ya no llovía y bajamos los escalones para ir a la cueva de Phong Nha. Ésta no estaba tan bien acondicionada como la anterior, ya que a veces no había pasarelas y tenías que tener cuidado de no meter el pie en algún charco o barrizal. Phong Nha tenía unas dimensiones todavía mayores que las de Tien Son, aunque muchas paredes estaban desnudas, sin muchas estalactitas. Lo más espectacular eran sus grandes columnas, resultantes de la fusión de estalactitas y estalagmitas. Aunque en general nos pareció menos bonita que la de Tien Son. Hay que tener en cuenta que nosotros no vimos el tramo de la cueva que se hace en barca, y hemos visto algunas fotos que son realmente preciosas, y quizás esta es la parte que tiene mas gracia de la cueva.
Enorme columna en la cueva de Phong Nha
Diferentes formaciones de la cueva
Gran gruta de la cueva
Al igual que Tien Son, la parte visitable de la cueva de Phong Nha era corta. De hecho, nos tiramos más tiempo en la barca o subiendo y bajando por los escalones de Tien Son que en la visita a las propias cuevas. Pero en general nos gustaron mucho, especialmente la de Tien Son. Al acabar de las cuevas volvimos a la barca y al embarcadero. Regresamos al alojamiento a darnos una merecida ducha y a descansar. A la noche salimos a cenar por el pueblo; al ser tan turístico hay mucha oferta, pero la forma alargada del pueblo hace que no puedas pasear fácilmente para sopesar las opciones. Fuimos directamente al Thang Nhung, un local que presumía de hacer los mejores fideos con cerdo asado del mundo. Pedimos un plato de ellos y uno de fideos fritos de ternera. La cena fue algo decepcionante, ya que los platos eran algo sosos, sin sabor. Junto con una cerveza y una Fanta, nos salió por 130.000 VND (unos 5 €).
Nuestra cena
El segundo día íbamos a visitar otra de las cuevas de la región, la Cueva Paraíso (Paradise Cave). Esta está más alejada que las que vimos el día anterior, a unos 30 km del pueblo de Phong Nha. La gente que puede se acerca en moto, pero nosotros contratamos un coche con conductor. El día anterior estuvimos sopesando precios y el mejor nos lo dio el Rose Hotel, que nos cobró 500.000 VND (unos 20 €). Les dijimos que nos pasaran a buscar por nuestro alojamiento a las 10 h y allí estuvieron. Primero fuimos al mismo Rose Hotel a dejar nuestro equipaje, ya que también les habíamos comprado a ellos el billete de bus que tomaríamos a la tarde hacia Hué. Nos iba a llevar el hijo adolescente de la propietaria del hotel, que se llevó a un colega para pasar mejor la espera hasta nuestra salida de la cueva. Solo tardamos una media hora en llegar al parking de la Cueva Paraíso, y pese a que el día se había levantado radiante, no había casi gente. Como el día anterior, la entrada a las cuevas era cara, 250.000 VND por persona (10 €), a lo que le sumamos 100.000 VND mas para que nos llevaran en un buggy eléctrico a la entrada de la cueva. La verdad es que el buggy no vale mucho la pena, porque solo te acercan un par de km a la entrada, por un terreno llano. Después tienes que subir un buen trozo colina arriba a patita sí o sí.
Al llegar a la entrada vimos que era un simple agujero de unos 2 m de altura por los que bajaba una escalera. Una vez dentro, nos quedamos impresionados, ya que nos encontrábamos en una gruta inmensa de decenas de metros de altura. Las paredes estaban adornadas con algunas estalactitas, pero allí lo impresionante eran las dimensiones. Fuimos avanzando por la gruta por un sistema de pasarelas, descubriendo infinidad de formaciones preciosas, como una enorme columna de varios metros de diámetro. La cueva se fue haciendo más pequeña y más parca en estalactitas y demás formaciones. La verdad es que había algunas zonas que estaban totalmente desnudas de ellas. Pero los sitios donde las había, éstas adquirían unas formas intrincadas realmente fabulosas. Finalmente estuvimos 1 hora visitando con tranquilidad el escaso kilómetro visitable que tiene la cueva, y nos encantó. De las tres que vimos en Phong Nha, la cueva que nos impresionó mas fue la de Tien Son, aunque quizás porque fue la primera que visitamos. Verdaderamente, la Cueva Paraíso hace honor a su nombre y vale mucho la pena.
Paradise Cave
Disfrutando de las cuevas
Estalagmitas blanquecinas
Paradise Cave
Espectaculares formaciones de la cueva
Volvimos nuevamente al pueblo de Phong Nha con nuestro conductor adolescente (tenía cara de tener 15 años…). Teníamos un par de horas antes de que saliera nuestro bus a Hué así que aprovechamos el buen tiempo que hacía para dar una vuelta por el pueblo. En si no había mucho que ver, aquel era el típico pueblo vietnamita cuyas casas estaban agolpadas entorno de la carretera principal. Vimos una panadería donde hacían banh mi, los típicos bocadillos vietnamitas, que siempre son una buena idea para comer barato y bien. Un par de bocadillos y un refresco nos salieron por 55.000 VND (unos 2 €).
Paseando por el pueblo de Phong Nha
Nuestros ricos banh mi
En principio el bus a Hué pasaba a recogernos por el Hotel Rose a las 15:30, pero la propietaria nos dijo que estuviéramos allí media hora antes. Como era uno de esos buses que va recogiendo gente por los hoteles, no pasó por el nuestro hasta las 16 h, y no fuimos los últimos. El bus no era precisamente confortable, sus asientos estaban hechos para las medidas de los vietnamitas, y los occidentales altos se tuvieron que embutir como pudieron (en momentos así nos alegramos de no serlo…). Pero no nos podíamos quejar, ya que descubrir aquel bus fue una gran ventaja, cuando elaboramos el planning no conocíamos de su existencia (la alternativa hubiera sido coger un bus hasta Dong Hoi y desde allí coger un tren a Hué). El trayecto en bus duró unas 4 h, incluyendo una parada de 20 minutos que hicimos a medio camino. Era un misterio el lugar de Hué donde nos iba a dejar el bus, ya que a todo el mundo que se lo preguntaba el conductor decía que nos dejaría en el "centro". Pero con lo grande que es Hué, tuvimos la gran suerte que el bus paró en la misma manzana donde estaba nuestro alojamiento, Eva Homestay. Se trata de una casa de huéspedes familiar (los propietarios vivían en la planta baja) con un buen número de habitaciones. La nuestra era básica, pero suficiente para nuestras necesidades. El desayuno estaba muy bueno y estaba incluido: consistía en una carta en la que podías elegir diferentes platos calientes, acompañados de fruta variada. La ubicación era bastante buena, a corta distancia a pie de la ciudad imperial (que visitaríamos al día siguiente) y muy cerca de una zona con muchos bares y restaurantes. La habitación nos salió por 18 € la noche, un súper precio para un alojamiento al que volveríamos sin pensarlo.
Nuestro alojamiento en Hué
Enseguida nos fuimos a cenar, ya que empezaba a ser tarde y algunos restaurantes comenzaban a cerrar sus cocinas. Decidimos ir a un restaurante italiano algo pijo, Little Italy. Pedimos unos gnocchis con speck y fettucini con marisco, que la verdad es que no estaban nada mal. Junto con una cerveza y una limonada, la cena nos salió por 195.000 VND (casi 8 €).
Nuestra cena italiana

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